lunes, 8 de septiembre de 2014

LA LÓGICA MODERNA I

- Siglo XX
De otra parte, en una vertiente distinta, Leibniz llevado por un antiguo sueño de los matemáticos, el camino señalado por Llull y en discusión con éste, afirmará que el “Ars Magna” es sólo una sombra del verdadero arte combinatorio, realiza 
un intento de sistematizar la lógica de tal manera que pretende “hallar un especie de alfabeto de los conocimientos humanos, que permitiera, mediante la combinación de sus letras y el análisis de las palabras compuestas de aquellas, 
descubrir y juzgar todo lo demás”.
En el siglo XX la lógica matemática, siguiendo las orientaciones de Leibniz, se desarrolló enormemente (B. Russell, L. Wittgenstein, A. N Whitehead, J. G Frege), logrando un nivel de abstracción, de rigor y nitidez, convirtiéndose en el motor y la herramienta de todo conocimiento científico, a tal grado que se llegó a afirmar que una aseveración que no es posible matematizar no es científica. Sin embargo, frente a estas pretensiones para mayor precisión y rigor, se hace necesaria la separación de la lógica, no sólo de la metafísica y de la matemática sino de todas las demás ciencias, para luego integrarla al conjunto 
del conocimiento humano. 
La nueva lógica pretendió ser la primera lógica formal exacta. Esta pretensión la fundamentó en el intento de determinación de los elementos con absoluta precisión, la formulación estricta de las leyes que rigen las combinaciones de los elementos, el control que imposibilita las afirmaciones y los conceptos ilícitos y, finalmente, la utilización de la simbólica que pretendía convertir a los enunciados en ideas tan precisas como los enunciados de las ciencias matemáticas. 
Leibniz
Esta es la base de la moderna “lógica matemática o logística” que analiza las proposiciones lógicas hasta sus elementos primeros en lo que también se denominó el “atomismo lógico”, que inicialmente pretendió someter la lógica a la matemática y que luego encontró cómo la matemática es posible mediante la construcción lógica de conceptos, ya que las matemáticas, según afirmación de Russell, “son tan sólo el arte de decir lo mismo con otras palabras”.
La logística, no es una ruptura con la tradición lógica que viene de Aristóteles, como se ha pensado equivocadamente. La logística es un desarrollo de la lógica formal llevada a altos niveles de abstracción, por eso presenta un elevado grado de formalización que busca el funcionalismo de las significaciones lógicas sin tener en cuenta los objetos significados, aquello que tradicionalmente se ha denominado los “contenidos materiales” de los conceptos. 
La corriente neopositivista, que parte de la concepción de Hume sobre el origen del conocimiento dado en la percepción sensible, aboga por un fisicalismo y un formalismo (R. Carnap) que se basa en el análisis del lenguaje y lo que se quiere decir con él, por esta razón insiste en el análisis lógico de las proposiciones y la sintaxis de las mismas. 
El suelo que sustenta la propuesta de los neopositivistas del círculo de Viena está influenciado por la propuesta de Ludwig Wittgenstein en el “Tractatus Logico Philosophicus”, quien sostiene que “lo que se puede en general decir, se puede decir claramente” y “de lo que no se puede hablar se debe callar”, que “el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas” .Wittgeinstein afirma que “la figura lógica de los hechos es el pensamiento”, así como que “no podemos pensar nada ilógico" o “representar en el lenguaje algo que <<contradiga la lógica>> es cosa tan escasamente posible como representar en geometría mediante sus coordenadas una figura que contradiga las leyes del espacio; o dar 
coordenadas de un punto que no existe”, de ahí que “no hay que asombrarse de que los más profundos problemas no sean propiamente problemas”. Las propuestas de Ludwig Wittgenstein han marcado el desarrollo de la lógica hasta nuestros días. 
Wittgenstein

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